Si está
leyendo esto, usted probablemente tenga un estudiante con discapacidad visual en
el aula de clases y en ocasiones presenta dificultades para que siga el ritmo
del tema a la par con sus compañeros videntes; o tal vez se siente maniatado y
sin recursos al tratar de explicarle algún aspecto visual que sea importante
para comprender la temática. Pues bien, en este post vamos a compartir algunas
recomendaciones que, desde mi experiencia, impactan significativamente en el
trabajo en clase con estudiantes ciegos, propiciando una inclusión real y
efectiva de éste en las actividades que se realizan dentro del aula.
1. Ubicación: si los pupitres están distribuidos por filas, es
importante que el estudiante se ubique adelante, preferiblemente cerca del
escritorio; esto le permitirá dirigirse con facilidad al docente para hacer
preguntas, aclarar dudas o mostrar el resultado de su trabajo. En lo posible
evite que el estudiante se siente cerca de la puerta, pues el sonido exterior
es un factor de distracción importante que afectará su concentración e
impactará de manera negativa en su desempeño. Sentarse en los últimos lugares también genera
distracción y aleja al estudiante del profesor, limitando la posibilidad de
hacer preguntas específicas sobre aspectos que no logre comprender.
2. Descripción: Describa los dibujos o cualquier gráfico que haga en
el tablero; asimismo, diga todo lo que escribe, lea las diapositivas, describa
los videos… procure describir o adaptar todo el material con contenido visual.
Esto permitirá que el estudiante acceda a la misma información que sus pares
videntes, posibilitando el acceso al conocimiento en igualdad de condiciones.
3. Adaptación del material: adapte en relieve todo el material gráfico
como mapas, ángulos, estructuras, partes del cuerpo humano, entre otros.
Procure utilizar material reciclable o de bajo costo, y represente únicamente los
detalles más importantes, con el fin de no generar lo que se conoce como ruido
táctil. Es de anotar que, dicho material, debe ser presentado al estudiante con
anticipación, ayudándole a familiarizarse con el mismo y a identificar lo que representa.
4. Tecnologías de la información: si en la institución educativa donde
labora cuentan con una impresora Braille, utilícela para imprimir las guías de
trabajo o las lecturas que presentará en la clase; de lo contrario, utilice un
computador que tenga instalado el lector de pantalla Jaws y presente las guías
o las lecturas en medio magnético (Word). Si no cuenta con alguno de estos
recursos, organice al grupo en parejas y así un compañero podrá leer para el
estudiante, o si prefiere que trabaje individualmente, grave la información en
formato MP3 y preséntela al estudiante en un dispositivo portátil (grabadora o
teléfono celular).
5. Aprendizaje colaborativo: si es el director de grupo, asigne a un
estudiante que tenga un buen rendimiento académico y buenas relaciones
interpersonales con la persona ciega, para que le sirva de tutor; la función de
este estudiante, además de ser su amigo y compañero, será ayudarle a nivelarse
si se atrasa al tomar los apuntes, resolver inquietudes en la medida de lo
posible –a veces es más fácil entenderle al compañero que al docente, a todos
nos ha pasado-, asistirle a usted al describir la información visual, entre
otras que determinen las circunstancias.
6. Sistema Braille: es fundamental que, al menos el docente de español,
domine el sistema Braille. Esto permite que pueda revisar el trabajo del
estudiante, sus apuntes en clase, sus tareas… sin dudar de la veracidad de la
información, que es lo que usualmente sucede cuando el mismo estudiante lee lo
que ha escrito u otra persona transcribe en tinta el texto en Braille.
7. Flexibilización curricular: adecúe la cantidad de ejercicios que el
estudiante debe desarrollar, pues la lectura en Braille suele ser lenta debido
a las características propias del sistema; asimismo, es necesario asignar más
tiempo cuando el estudiante tenga que leer durante la clase, teniendo en cuenta
lo anteriormente mencionado. No omita ninguna temática asumiendo que el
estudiante no necesita o no es capaz de aprenderla; lo más probable es que su
estudiante no presente una discapacidad cognitiva asociada.
8. Actitud y creencias: revise su actitud y sus mitos frente a la
discapacidad, olvide todo sus prejuicios y preconceptos; comience de cero, que
sea su estudiante quien le ayude a cambiar el concepto negativo que tenga sobre
la discapacidad; aprenda de este tema a través de la interacción con su estudiante.
Espero
que pueda poner en práctica estas recomendaciones, y que las mismas transformen
su trabajo docente con niños o adolescentes ciegos.
Comparta
esta información con sus compañeros, y así ellos también podrán aplicar lo que aquí
recomendamos.
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