¡Volvemos con otra entrada! En esta oportunidad, desarrollando una actividad del curso Atención Integral A Los Niños Y Niñas Con Discapacidad Durante La primera Infancia. La actividad (originalmente), consiste en realizar un póster, pero teniendo en cuenta que desconozco herramientas accesibles que me permitan trabajar este tipo de recursos, decidí ajustarla y compartirla por este espacio a manera de entrada.
Pues bien... ¡Entremos en materia!
Los límites y normas están relacionados con la disciplina; le permiten al niño identificar qué está permitido y qué no, en cuáles contextos se permiten ciertas actitudes o comportamientos y las consecuencias que tiene cumplir o transgredir estas pautas. Asimismo, preparan al niño para la vida adulta, pues aprende que en todo lugar existen unas normas de comportamiento socialmente aceptadas a las cuales se debe ajustar, y también le permite aprender a controlar sus impulsos, entendiendo que no siempre se puede hacer lo que se quiere.
Los límites no están relacionados con el castigo, los gritos o la reprensión constante; por el contrario, al niño hay que explicarle el por qué de cada norma que se tiene en la casa, en la escuela y en los diferentes lugares a los que asiste. Entendiendo las razones de cada regla, les será mucho más fácil cumplirlas.
Algunos de los objetivos al poner límites a los niños son:
- Fomentar que entiendan el sentido de las normas y aprendan a ajustarse a ellas, pero no por obediencia ciega, sino porque las comprenden.
- Ayudar a desarrollar su conciencia sobre lo que está bien y lo que está mal.
- Favorecer el desarrollo de la empatía.
- Propiciar que aprendan a controlar sus impulsos.
Algunos aspectos a tener en cuenta al momento de plantear límites:
- Deben ajustarse al nivel de comprensión y de autonomía del niño. No podemos pedirle a un niño de dos años que siga unas normas pensadas para un niño de nueve.
- Plantear normas claras y fáciles de comprender; los niños necesitan una información detallada pero sencilla, lo más alejada posible de las ambigüedades y contradicciones.
- Las normas deben permanecer en el tiempo; no es bueno rendirse al primer error y permitir que el niño continúe con un comportamiento inapropiado. Hay que corregir con amor y perseverancia.
- Los niños no aprenden por las muchas palabras, sino imitando las acciones. Esto se puede ver en el clásico ejemplo en el cual al niño le repiten que no debe decir mentiras, pero si contesta el teléfono y es una persona con la que su mamá no desea hablar, le dice al niño “Diga que no estoy”. ¿Qué aprendió el niño? Que puede decir mentiras aunque le digan que está mal hacerlo.
- Sin gritos y golpes se educa mejor, porque en ocasiones esos gritos y golpes refuerzan conductas no deseadas, puesto que el niño recibe la atención que reclama, así sea una atención negativa; además, la legitimación de la violencia perpetúa comportamientos agresivos en la sociedad.
Nuevamente gracias a todos los lectores; espero que esta entrada sea útil para los padres de niños con discapacidad visual de primera infancia y les ayude a establecer límites saludables en casa.
También quiero animarlos a que (cuando haya otra oportunidad) participen en los cursos que está ofertando el INCI a través de su nueva plataforma virtual de aprendizaje.
No olviden compartir esta entrada con sus contactos.
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