La
asertividad hace parte de las habilidades sociales; puede definirse como la
capacidad que tiene una persona para expresar emociones, pensamientos,
creencias y sentimientos de manera
apropiada y honesta, haciendo valer sus derechos sin vulnerar los derechos de
los demás; implica actuar en consecuencia con los propios intereses y
defenderse sin sentir ansiedad en niveles desproporcionados.
Lo contrario
a la comunicación asertiva, s un estilo agresivo o pasivo de comunicación: en
el primero, la persona busca imponer su punto de vista, sin validar ni respetar
las creencias, pensamientos y emociones del otro. En el segundo, las personas no
son capaces de expresar sus pensamientos y sentimientos, llegando al extremo de
vulnerar sus propios derechos y actuar en contra de sus convicciones para complacer
a los demás; usualmente buscan aprobación social y esto les hace sentirse imposibilitados
para negarse a hacer lo que les pidan y defender su decisión.
Como
habrá podido concluir, tanto la comunicación agresiva como la comunicación
pasiva tienen consecuencias negativas para la interacción social, generando
situaciones de aislamiento o rechazo, en el caso de quienes manejan un estilo
agresivo; o propiciando la manipulación y coacción por parte del entorno, en las
personas con un estilo pasivo.
“¿Se
puede aprender a ser asertivo?”
Sí, a través
de un programa de entrenamiento en asertividad: este permite que, mediante una
serie de técnicas, la persona aprenda a expresarse de manera asertiva en distintas
situaciones; a continuación se describen algunas de las técnicas más
utilizadas:
Modelamiento:
la persona aprende a comunicarse de manera asertiva imitando a un modelo, el
cual puede presentarse en vivo o a través de medios audiovisuales; es
importante que el modelo tenga características similares a las del paciente,
con el fin de favorecer el aprendizaje a través de la identificación.
Juego de
roles: en la consulta, el terapeuta recrea y simula situaciones a las que el
paciente se enfrenta en su vida cotidiana, a las cuales debe responder
asertivamente.
Retroalimentación:
posteriormente al juego de roles, el terapeuta refuerza las conductas asertivas
del paciente, e indica los aspectos que se deben mejorar.
Desensibilización
sistemática: es una técnica que combina la relajación y la exposición en
imaginación; se utiliza en personas que presentan altos niveles de ansiedad.
Exposición
en vivo: consiste en enfrentar al paciente a situaciones reales, de su vida
cotidiana, en las cuales debe responder de manera asertiva; no es indispensable
que el terapeuta esté presente; al igual que en el juego de roles, esta técnica
se complementa con la retroalimentación.
Existen otras
técnicas, las cuales no se mencionaron, que se emplean en los programas de entrenamiento
en asertividad; la utilización de las mismas está condicionada por las
características de cada individuo.
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