Vamos a
tratar un tema tabú, del que casi todo el mundo evita hablar, pero que está
afectando en gran medida a la sociedad contemporánea; vamos a hablar de
suicidio y de algunos comportamientos que nos deben alertar ante la posibilidad
de que esta trágica realidad toque a la puerta, extinguiendo la vida de alguna
persona de nuestro entorno.
Aunque
es un tema difícil de abordar, hay que reconocer que cada vez es más común ver
en las noticias, por las redes sociales o en las estadísticas oficiales que la
taza de suicidio en el mundo va en aumento y que afecta a todos los sectores de
la población, sin distinción de raza, condición social, edad o género. Cada vez
vemos con mayor frecuencia que se suicidan actores, cantantes, empresarios,
personas que han perdido el empleo, adolescentes y hasta niños. Por lo tanto, a
continuación presentaremos algunos comportamientos que suelen anteceder al
suicidio, con el fin de prevenir este tipo de conductas mediante la búsqueda de
la ayuda adecuada por parte de un profesional en salud mental.
·
Historial de depresión y/o
ansiedad: personas que hayan presentado cuadros depresivos o de ansiedad, o que
tengan en su historial familiar parientes con estas patologías, tienen mayor
riesgo de desarrollar trastornos depresivos o de ansiedad crónicos, los cuales
pueden generar ideación suicida.
·
Cambios en los hábitos de
sueño: presentar problemas para dormir sin causa aparente o dormir demasiado,
durante un periodo de tiempo prolongado (al menos seis meses). Si bien esta
conducta por sí sola no supone un riesgo de suicidio, sumada a otros
comportamientos es un indicador importante.
·
Cambios en el apetito:
disminuir o aumentar considerablemente la ingesta de alimentos, de manera
repentina y sin causa aparente, durante un periodo de tiempo mayor a seis
meses. Al igual que en el punto
anterior, esta conducta por sí sola no necesariamente representa un riesgo de
suicidio; se debe tener en cuenta cuando se acompaña por otros comportamientos
que indiquen alerta.
·
Autoconcepto: por lo general,
las personas con riesgo de suicidio tienen una imagen negativa de sí mismas,
minimizando sus logros o cualidades y magnificando sus errores o defectos;
suelen juzgarse a sí mismos con una severidad extrema, de manera implacable e
inflexible.
·
Autoestima: teniendo en
cuenta el punto anterior, es fácil deducir que estas personas no están a gusto
con su autoconcepto; no se aceptan como son, por lo tanto no se aman,
consideran que no aportan nada útil a su entorno y que por el contrario restan,
sintiendo que son una especie de carga o molestia para sus amigos y familiares.
·
Contenido del discurso: si al
conversar con una persona o interactuar por redes sociales predominan
expresiones como: “Quisiera dormir y no despertar jamás”; “Tengo ganas de
desaparecer”; “Quisiera irme lejos, donde nadie pueda encontrarme”; “Desearía
estar en otro planeta”, y otras del mismo estilo durante un periodo de tiempo
prolongado, es importante permanecer alerta y buscar ayuda. Por lo general, las
personas que tienen ideación suicida o están planeando su suicidio no van
gritándolo a los cuatro vientos, la intención es que nadie se entere y lo
frustre… Sin embargo, si conoces a alguien que manifieste abiertamente que se
suicidará, no lo ignores: quienes hacen esto normalmente están buscando atención;
y quien demanda atención, necesita atención. También en estos casos lo mejor es
buscar ayuda profesional.
·
Abuso de sustancias: el
consumo incontrolado de sustancias adictivas (legales o ilegales), constituye
un factor de riesgo importante ante la aparición de comportamientos autolesivos
y de conductas suicidas.
·
Comportamientos autolesivos:
toda conducta que conlleve la autodestrucción, la provocación de heridas o
cualquier otro tipo de lesiones al propio cuerpo, es una señal de alerta
manifiesta ante un posible suicidio.
·
Estado de ánimo: la persona tiene
episodios de llanto recurrentes; permanece melancólica, extremadamente triste, irascible
o muy irritable durante un periodo de tiempo prolongado, sin razón aparente y
sin mostrar emociones positivas ante elementos o situaciones que antes le parecían
agradables.
·
Aislamiento social: la
persona prefiere permanecer sola, evitando los eventos sociales y el contacto
con sus amigos, familiares o compañeros de trabajo; se le ve taciturna y
elevada, como absorta en sus pensamientos.
Es
necesario aclarar que la aparición de uno de estos comportamientos de manera
aislada, no representa un signo de alerta ante un posible intento de suicidio; sin
embargo, si aparecen varios de manera simultánea y recurrente, lo más
aconsejable es buscar la ayuda de un profesional en salud mental, el cual se
ocupará de prevenir la consumación del suicidio y trabajar con la persona
afectada sobre los factores que motivaron esta decisión.
Es
importante permanecer atento ante estos signos de alerta y, si existe la
sospecha de que alguien conocido podría estar planeando suicidarse, informar a los
familiares más cercanos a esa persona y contactarles con un buen psicólogo
clínico. Si deseas, puedes consultar el enlace contáctenos
de este sitio, ubicado en el menú principal.
Esta
información podría contribuir a salvar vidas; por favor, comparte con tus
amigos y familiares.
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