¡Hola a todos! Les dije que
ya no me les voy a perder y la cosa va en serio… espero que estén teniendo un
día excelente.
Bien, para ser concreta y
no irme por las ramas, hoy les quiero contar que una de las cosas más difíciles
y riesgosas de hacer para una persona con discapacidad visual (ciega o con baja
visión) es cocinar, pero esto no implica que sea algo imposible de realizar y
que, con las precauciones debidas, se lleve a cabo de manera segura; hoy les
quiero compartir algunas técnicas de seguridad que son importantes para las
personas ciegas o con baja visión, de manera que podamos cocinar con autonomía
y minimizando riesgos en la mayor medida posible.
1.
Organización: antes de
cocinar, la persona ciega o con baja visión debe estar familiarizada con el
espacio de la cocina y conocer la ubicación de cada uno de los utensilios y
alimentos que necesita; especialmente cuando se está iniciando, es necesario
tener al alcance todos los elementos que se van a utilizar, ordenándolos antes
de comenzar a preparar la receta.
2.
Familiarización: además de
conocer perfectamente el espacio y la ubicación de cada cosa, se debe
identificar cada utensilio y su función, así como cada recipiente y lo que este
contiene; para esto último, puede servir usar recipientes de diferente forma o
tamaño y tener claro que se almacena en cada uno; también (para los amantes del
Braille) se puede marcar cada recipiente con el nombre que corresponda.
3.
Puertas y gabinetes: el mobiliario
de la cocina debe estar siempre bien organizado; además, las puertas y gavetas deben
permanecer completamente cerradas y solo abrirse para sacar lo que se necesita;
si una puerta permanece abierta, es muy fácil darse un golpe o tropezar
llevando algo en las manos y derramarlo, generando un verdadero desastre.
4.
La estufa: una muy buena
estrategia que aprendí fue colocar lo que voy a cocinar con la estufa apagada,
asegurando que quede bien ubicado en el centro del fogón, posterior a ello, se
puede encender la estufa, bien sea con un encendedor o mechero largo (lo más
largo que encuentren en el mercado), o si su estufa se enciende sola pues
¡cuánto mejor!
5.
Cortar y picar: en lo
personal, no soy muy buena con los cuchillos, pero si sugiero utilizar siempre
una tabla antideslizante y facilitarse la vida lo más que puedan, adquiriendo curiosidades
que a veces uno encuentra por ahí; que no son pensadas para personas con
discapacidad, pero ¡Cómo nos ayudan! En mi caso, uso un pelador de papas para
pelar cualquier fruta o verdura, pues mi motricidad no me da para hacerlo con
un cuchillo (habrá quien tenga más destreza que yo y sí pueda); para picar
verduras en trozos muy pequeños, me ayudo con una picadora o un procesador de
alimentos.
6.
Hábitos de higiene: Es
sentido común, pero mejor lo menciono. Tanto los utensilios, como los alimentos,
las superficies y las manos de la persona que va a cocinar, deben estar previamente
muy bien desinfectados o lavados según corresponda; recuerden que vamos a
manipular cosas que nos comeremos, y si no se maneja una buena higiene
podríamos enfermarnos o enfermar a otros.
7.
Dispositivos que facilitan
la tarea: así como los procesadores facilitan el picado, hay muchos otros
dispositivos que simplifican el arte de cocinar a las personas con discapacidad
visual; algunos pueden ser una cafetera, una freidora de aire, una olla arrocera,
todo lo que sea antiadherente, cucharas y jarras medidoras (casi todas tienen
las rayitas en relieve), el ya mencionado encendedor, una buena licuadora (para
los que aman el jugo), entre muchas otras cosas que existen y que tal vez yo
desconozco. No es que sea obligatorio tener todo esto, pero sí son muy útiles
y, si se está en condiciones de adquirirlos, pueden ser unas grandes
herramientas.
8.
Perder el miedo y tener
disposición: si tienes discapacidad visual o eres familiar de alguien con esta
discapacidad, es importante que se sientan seguros de lo que quieren hacer; si
estamos con miedo, tensos, temblando, gritando y demás, la tarea de cocinar
será un completo fracaso y estaremos reforzando esos temores e inseguridades.
Cada cosa tiene su momento y, cuando la persona esté preparada para cocinar, lo
hará saber y tendrá la iniciativa de aprender.
Espero que estas técnicas
de seguridad sean de ayuda para las personas con discapacidad y sus familias; y
los anime a emprender el desafío de cocinar a ciegas. Me despido por ahora,
pues el almuerzo de esta casa no se va a hacer solo… jejejeje. Mentiras
¡Gracias a todos por su tiempo y por leerme!
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