Hoy, 14 de mayo, la lluvia dibuja paisajes
melancólicos en la ventana, mientras mi taza de café humea y mis dedos teclean
estas líneas cargadas de un amor que trasciende el tiempo. Un día como hoy,
hace ya 12 años, el destino me regaló un encuentro que partió mi vida en dos de
la manera más hermosa posible: el 14 de mayo de 2013, bajo un cielo también
plomizo, conocí a Kiara. Ella, mi faro de cuatro patas, mi valiente perra guía
que me acompañó durante 10 inolvidables años (9 de ellos en servicio), hasta aquel noviembre de 2023 que aún
siento tan cercano.
Mi
Mundo Antes de Kiara: Entre Muros y Anhelo de Libertad
De niña, la calle era mi lienzo de juegos, mis
movimientos libres y despreocupados. Los raspones eran insignias de una
infancia plena. Pero la adolescencia trajo consigo una conciencia del peligro
que fue cercando mis pasos, limitando mi mundo a espacios conocidos. Se
desdibujó la espontaneidad de ir sola a casa de amigos, de las escapadas
secretas, de los encuentros casuales en el parque. El aislamiento se convirtió
en mi sombra, la tristeza en mi compañera silenciosa. Mientras mis amigos
tejían sus propias historias de independencia, yo observaba desde la ventana,
anhelando un mundo que parecía prohibido para mí.
La universidad fue un oasis de cariño y
solidaridad. Mis amigos se convirtieron en mis alas, llevándome y trayéndome,
acompañándome en cada gestión. Pero aún así, la autonomía seguía siendo un
sueño lejano. Ansiaba la libertad de decidir mi tiempo, de ir a donde quisiera,
de depender solo de mis propias circunstancias. Mi gratitud hacia quienes me
extendieron su mano es inmensa, por las incontables veces que me acompañaron a
buscar medicamentos, a trámites, a compras, o simplemente a compartir un café.
El
Comienzo de un Vínculo Inquebrantable: El Acoplamiento con Kiara
Mi proceso de acoplamiento no fue un camino de
rosas. Las inseguridades arraigadas, los temores sembrados por experiencias
previas, las dudas que carcomían mi confianza… todo emergió amenazando con
desbordarme. Sin embargo, ese mes fue un regalo. Mis compañeros, los
entrenadores, el lugar, y por supuesto, las verdaderas protagonistas: ¡nuestras
perras guía! Todo se conjuró en una armonía perfecta, pintando recuerdos
imborrables y llenando de nuevos colores el lienzo de mi futuro. Aún recuerdo
susurrarle a Kiara en nuestros momentos de descanso, mientras acariciaba su
suave cabeza: "¿Te imaginas que vayamos solas al supermercado? ¿Te
imaginas llegar juntas a la universidad? ¿Cómo será cuando viajemos?".
Eran sueños que comenzaban a tomar forma gracias a ella.
Una
Nueva Vida Desplegando Alas Juntas
El inicio de nuestra vida juntas no estuvo
exento de desafíos. Superar mis miedos requirió tiempo y paciencia. Además,
éramos pioneras en una ciudad que aún no comprendía la labor de los perros
guía. Nos tomó valentía confiar en nosotras mismas para recorrer largas
distancias, aventurarnos en lugares desconocidos y comenzar a explorar el
mundo. Pero una vez que despegamos, ya no hubo vuelta atrás. Tras unos meses
iniciales llenos de frustraciones que Kiara y el apoyo de mi círculo cercano me
ayudaron a superar, nos lanzamos a la aventura de viajar, de cambiar de hogar
cada mes, llevando nuestra vida en una maleta.
Kiara no solo me reintegró a la comunidad,
permitiéndome conocer personas fascinantes, algunos amantes de los animales y otros
admirados por lo que puede hacer un perro, y resignificando mi discapacidad
visual; juntas aprendimos la resiliencia de adaptarnos a cualquier situación.
Entendimos que siempre nos tendríamos la una a la otra: yo era su razón de ser,
y ella mi motor para despertar cada mañana, incluso en esos días grises en los que
solo su necesidad de salir y comer me impulsaba a levantarme. Luego llegaron la
vejez y las enfermedades, el temor de su partida anticipada y la lucha por
brindarle la mejor calidad de vida posible. Aprendí sobre función renal, dietas
especiales, parásitos traicioneros y la profunda humanidad de los veterinarios,
esos ángeles que luchan por la vida y el bienestar de sus pacientes.
El
Merecido Descanso: La Jubilación de una Heroína
Al ver sus patas ya cansadas, las molestias multiplicándose
y con el anhelo de prolongar su vida lo máximo posible, intentamos varias
jubilaciones que Kiara rechazó con su espíritu indomable. Finalmente, en junio
de 2022, llegó su retiro oficial. Su última misión fue acompañarme a votar,
marcando el inicio de su merecida vida de "perrita descansando". Yo
estaba embarazada de ocho meses, y confiaba plenamente en que ella nos cuidaría
a ambas. Sabía que con ella a mi lado, podría enfrentar los intrincados
pasillos de los colegios donde trabajaba con total tranquilidad. Juntas éramos
invencibles. Y así fue; durante mi embarazo, no sufrí ningún accidente, a
diferencia de unos pocos que tuve antes, siempre por no escuchar sus alertas.
De
Perra Guía a Ángel Peludo: La Vida como Mascota y su Legado
La vida de mascota no fue su ideal, pero su
cuerpo ya no respondía. A este cambio se sumó la llegada de mi bebé, y la
disminución de mi atención constante impactaron en su salud, acelerando su
deterioro. Aun así, logramos mantenerla estable, rodeada de amor y vida.
Disfrutó enormemente de los juegos con mi hija, quien le regaló una dosis extra
de vitalidad que agradeceré eternamente.
Su partida fue repentina, en tan solo tres
días. Y hasta hoy, la siento presente en cada momento, en cada paso, en cada
uno de sus rincones favoritos, en cada nueva experiencia. Siempre pienso en
cómo sería el mundo si ella estuviera a mi lado.
Mi
Eterno Homenaje a Kiara: La Libertad que Florece
Mi mayor homenaje a Kiara no reside en estas
palabras, ni en ningún texto que haya escrito antes. No está en el rincón donde
descansan sus cenizas, ni en su fotografía, ni en el collage de recuerdos que
anhelo crear. Mi verdadero homenaje es negarme a encerrarme de nuevo entre mis
muros, es no desechar sus incansables esfuerzos y sus incontables jornadas de
trabajo. Mi homenaje es abrazar con fuerza la amada libertad que ella me
regaló, es salir cada día a enfrentar lo que venga, es vivir a plenitud y navegar
por esta "Selva de Cemento" con la valentía que ella me inspiró.
Porque después de 9 años de absoluta libertad a su lado, volver al aislamiento
es impensable.
Gracias a cada uno de ustedes por dedicar
tiempo a leer estas líneas y por conocer un pedacito más de mi historia
personal.
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historia.
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