La psicoterapia es un espacio de crecimiento y
sanación que se basa en la conexión humana y la comunicación. Sin embargo,
cuando trabajamos con personas con discapacidad visual, el camino no siempre es
el mismo. La ceguera o la baja visión no son solo una condición física, sino
que impactan en la manera en que una persona interactúa con el mundo, procesa
la información y, por lo tanto, se relaciona con un terapeuta. Adaptar nuestra
práctica profesional es fundamental para ofrecer un servicio de calidad y realmente
inclusivo.
En esta entrada de blog, exploraremos las
adaptaciones necesarias en la psicoterapia para personas con discapacidad
visual, abordando desde la evaluación hasta la forma de comunicarnos y llevar a
cabo las tareas terapéuticas.
La semiología antes que la estandarización: La clave de una evaluación
justa
Uno de los errores más comunes en la práctica
psicológica es asumir que las pruebas estandarizadas, diseñadas para población
vidente, son aplicables a todos. La mayoría de estos instrumentos se basan en
la percepción visual, la identificación de imágenes, la lectura o la escritura
en formatos convencionales. Utilizarlos con una persona con discapacidad visual
no solo es ineficaz, sino que puede generar resultados sesgados y un
diagnóstico erróneo.
Como psicólogos, nuestra principal herramienta
debe ser la semiología. Es decir, la observación detallada de los signos
y síntomas, la escucha activa y la comprensión del relato del paciente en su
propio contexto. La evaluación se convierte en un proceso cualitativo y
personalizado. En lugar de aplicar un test visual, debemos indagar sobre:
- Motivos de consulta: La discapacidad visual puede ser parte de
la problemática o no estar directamente relacionada. Es crucial explorar
las razones que llevan al paciente a terapia, que pueden ser tan diversas
como en cualquier otra persona: ansiedad, depresión, problemas de pareja,
duelos, etc.
- Contexto de vida: Entender su historia de vida, sus
relaciones personales y su situación actual, prestando atención a cómo la
discapacidad visual se integra en su experiencia cotidiana, sin que sea el
único foco de la evaluación.
- Habilidades de adaptación: ¿Qué estrategias ha desarrollado para
manejar su condición?
- Estado emocional: ¿Cómo se siente con respecto a su
discapacidad y a los desafíos que enfrenta?
- Redes de apoyo: ¿Cuenta con el respaldo de su familia,
amigos o comunidad?
Adaptación de autorregistros y tareas: De lo visual a lo audible y digital
Los autorregistros, diarios de pensamiento o
tareas escritas son pilares en la terapia cognitivo-conductual y otras
corrientes. Adaptarlos para una persona con discapacidad visual es un paso
crucial. Afortunadamente, la tecnología nos brinda soluciones accesibles:
- Lectores de pantalla: Los programas como JAWS o NVDA
para ordenadores son herramientas poderosas. El paciente puede usar un
procesador de texto como Word, crear una tabla y llenarla usando comandos
de voz y teclado, mientras el lector de pantalla le "lee" lo que
va escribiendo, permitiendo un autorregistro estructurado y detallado. Por
ejemplo, pueden crear una tabla con columnas para “Situación”,
“Pensamiento”, “Emoción” y “Conducta”, navegando por las celdas con el
teclado y dictando el contenido.
- Grabaciones en audio: El paciente puede llevar un registro de
sus pensamientos, emociones o situaciones utilizando la grabadora de voz
de su teléfono móvil. Esto permite una expresión fluida y sin las barreras
de la escritura.
- Notas de voz en aplicaciones de mensajería:
Plataformas como WhatsApp o Telegram permiten enviar notas de voz de forma
sencilla, facilitando la comunicación entre sesiones y el registro de
eventos en tiempo real.
Derribando mitos: El poder del tono de voz y el lenguaje claro
Es común que, al interactuar con una persona
con discapacidad visual, caigamos en mitos como hablar en un tono de voz
exagerado, ser excesivamente redundantes o usar un lenguaje infantil, asumiendo
que el paciente no comprende. Esto es un error y una falta de respeto.
El tono de voz en psicoterapia es, de hecho,
fundamental, pero no de la manera que se suele pensar. Es la principal vía de
comunicación no verbal. Un estudio realizado por Marwick y Aylett (2002),
citado por el Instituto Nacional para Ciegos de Colombia (INCI), encontró que
las personas ciegas son más hábiles en la comprensión de este tipo de señales no verbales,
lo que indica una mayor sensibilidad y percepción hacia otros canales de
comunicación. Esto significa que el paciente captará la emoción, la empatía y
la seguridad en la voz del terapeuta.
La clave no está en la exageración, sino en la claridad
y la naturalidad. El lenguaje debe ser directo, preciso y respetuoso.
- Ser descriptivo: En lugar de decir "mira esto",
se puede usar "escucha este audio" o "siente la textura de
este objeto". No hay que evitar palabras como "ver" o
"mirar", ya que son parte del lenguaje cotidiano de muchas personas
con discapacidad visual.
- Evitar la ambigüedad: Términos como "aquí" o
"allá" pueden ser confusos. Es mejor usar descripciones precisas
como "a tu derecha" o "en la mesa frente a ti".
- No ser redundante en las explicaciones:
Confiar en la capacidad de comprensión del paciente y brindar las
explicaciones de forma clara, concisa y estructurada.
Psicopatologías comunes en personas con discapacidad visual: Una
perspectiva científica
La evidencia científica sugiere que las
personas con discapacidad visual tienen una mayor prevalencia de ciertas
psicopatologías en comparación con la población vidente, aunque esto no es una
regla universal y se debe a múltiples factores.
La depresión y la ansiedad son
las condiciones más estudiadas en esta población. Un metaanálisis de Senra et
al. (2020) encontró que la depresión es una de las afecciones psicológicas más
comunes entre las personas con baja visión, con una prevalencia que varía según
el nivel de discapacidad, las comorbilidades y el apoyo social. Esta mayor
incidencia se relaciona con el impacto de la pérdida visual en la autonomía, la
participación social y la autoestima. La ansiedad, a menudo manifestada como
fobia social o temor a los espacios abiertos, también es prevalente y está
relacionada con la inseguridad al navegar en entornos desconocidos y la
dependencia de otros (Zeng et al., 2021).
El trastorno de estrés postraumático (TEPT)
puede ser una psicopatología relevante, especialmente en casos de ceguera
sobrevenida. La experiencia de la pérdida repentina de la visión puede ser
traumática, generando síntomas como flashbacks (recuerdos intrusivos de
la visión previa), evitación de actividades y estados de hipervigilancia.
Es importante señalar que la discapacidad
visual no es la causa directa de estas psicopatologías, sino un factor de
riesgo que, en interacción con variables individuales y sociales, puede
aumentar la vulnerabilidad de la persona.
Conclusión
La psicoterapia con personas con discapacidad
visual no requiere un cambio radical en la esencia del proceso terapéutico,
sino una adaptación consciente y empática. Al priorizar la semiología sobre las
pruebas estandarizadas, adaptar creativamente las tareas y comunicarnos con
naturalidad y respeto, podemos crear un espacio terapéutico verdaderamente
inclusivo y efectivo. La ceguera no es una barrera para la conexión, es una
invitación a explorar nuevas formas de ver y entender el mundo.
Referencias
1. Jiménez López, G. J.
(2019). Test adaptativos informatizados para invidentes: Una alternativa
para evaluar con equidad. Repositorio Institucional de la Universidad
Nacional de Colombia. https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/76696
2. Instituto Nacional para
Ciegos (INCI). (s.f.). Manejo psicológico ante un diagnóstico de ceguera.
INCI. https://www.inci.gov.co/blog/manejo-psicologico-ante-un-diagnostico-de-ceguera
3. InfoCOP Online. (2008).
Instrumentos de evaluación psicológica del ajuste a la discapacidad visual.
Consejo General de la Psicología de España. https://www.infocop.es/instrumentos-de-evaluacion-psicologica-del-ajuste-a-la-discapacidad-visual/
4. Ministerio de Justicia
y del Derecho de Colombia. (2018). Protocolo de atención inclusiva en el
acceso a la justicia para personas con discapacidad. https://www.minjusticia.gov.co/programas-co/tejiendo-justicia/Documents/publicaciones/discapacidad/Protocolo%20de%20Atencio%CC%81n%20Personas%20con%20Discapacidad%20(2).pdf
5. Senra, H., de la Cruz,
M., Lópes, H., Caria, V. S., & Peixoto, C. (2020). Depression in people
with visual impairment: A meta-analysis. Journal of Clinical Psychology,
76(4), 659-674. https://doi.org/10.1002/jclp.22918
6. Zeng, F., Zeng, H.,
Tang, R., Wang, X., & Zhou, W. (2021). Prevalence and risk factors of
anxiety and depression in patients with visual impairment. Psychiatry and
Clinical Neurosciences, 75(2), 52-59. https://doi.org/10.1111/pcn.13117
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